Tus ojos son negros puñales
como las noches sin luna
en un desolado de tinieblas
hiriere como la mala fortuna
perdidos en criticonas lenguas
brillantes como las aceitunas
la seda de tu bronceada piel
resalta por debajo de la blusa
desafiante como el amanecer
a mi escalofriante y loca tortura
retadora mirada fría e indolente
no pierdes un ápice de hermosura.
A pesar de ser una adolescente
tu firmeza con fino desparpajo
le trasmites tu perfil a la gente
que es de abnegación y trabajo.
El pupitre no sólo es el estudio
es preocupación, fatiga sin relajo
para que tus notas salgan altas
y jamás quedar de los de abajo
para culturizarte en la palabra
eso es primordial y perentorio
que si no irás a parar al carajo.
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Manuel Suárez Madrigal
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