Oda al nido de una pareja de famosas tortolillas
que han anidado en la plazoleta de Miguel el Clavo
en una luminosa farola con su antigua bombilla
cuatro nidadas llevan esa pareja de arrulladoras
a los viejos del pueblo nos tienen de maravilla
con sus arrullos desde la aurora hasta el anochecer.
El nido algo estrafalario; unas raíces entrecruzadas
y ponen un par de huevos con mucho placer
el macho desde los tejados le recita su semblanza
para que despeje el nido que tiene que ir a comer
de momento ocupa el nido para seguir engendrando
para sacar al par de polluelos que se vayan volando
y seguir con su procreación y los hagan más abuelos
antes de abandonar el nido los tortolitos aletean
en días tienen que dejar el nido y emprender el vuelo.
Los padres vuelta a la tarea para preparar otra nidada
jugueteando por los tejados de la azotea y en los cielos
los mayores, jóvenes y niños embobados con las miradas
no los perdemos de vista aunque nos quedemos ciegos
relato o poesía tiene que llegar a la señora alcaldesa
para ponerle el nombre a una calle a este par de tórtolas
sería un reconocimiento a la fauna animal de gran belleza.
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Manuel Suárez Madrigal
