Me siento desarmado por tu dulce tiranía
por la inquisidora y penetrante de tu mirada
un calvario, un compendio de melodías
que retumban en mi debilitado corazón
con la prosaica voz que sale de tus labios
que me desatinan, me vulneras en mi desazón.
Quisiera embriagarme con tu dulce veneno
y fenecer con hálitos de gloria y de emisión
en el regazo de este sincero y lujurioso desvelo.
Soy una hoja movida por el viento huracanado
rendido a tus soportables vaivenes y desvanes
atado a la lisura de tu fragante piel de porcelana
me tienes martirizado, ardiendo en mis deseos
cuando abres tus pupilas son puñales acerados
que añoro ser atravesado en un profundo jadeo
extasiado por placeres que son inconfesables.
Poema que te lo dedico a ti María sin rodeos
benditos los ensueños que vagan por mi mente
en la desnuda soledad de las penumbras noches
con un infernal fuego abrasador incandescente
que solo tú podrías apagar con amor y derroche.
.....................................................................................
Manuel Suárez Madrigal
