Déjame soñar toda la eternidad
con tu sedosa piel de canela
inhalo tu aroma cada aurora
cada momento que respiro
me atormenta tu sutil mirada
desramada tras las pestañas
de tus acarameladas pupilas
zahiriéndome como puñales
de brillantes y cerrados filos
penetrando por mi costado
hiriendo la pena del corazón
que sangra a borbotones
por sentimiento de un amor
que me tiene medio muerto.
Hazme súbito de tu sonrisa
para ver la comisura de tus labios
musitando deseo de tu amor
en una demencia lúdica del querer
plasmado en la dulzura del beso
lacrando ambos dos corazones.
.....................................................................................
Manuel Suárez Madrigal
No hay comentarios:
Publicar un comentario