Tus negras pestañas son abanicos
espadas justicieras cuando miras
dejas los corazones hechos añicos.
Cutis embriagado de limpia lozanía
expandido por tu exuberante figura
es un vello velero varado en la bahía
bella rosa de aroma roja y fragante
embriagador y cautivador efluvio
como la acariciadora brisa del levante.
Yo quisiera ser un entendido jardinero
dedicar mi vida entera a ti rosa morena
y acariciar tu hermosura con desvelo
tu aterciopelada piel de blanco armiño
es para dibujar ángeles en pleno vuelo
con tu rotunda sonrisa contagias cariño.
Me dan ganas de libar en rojos labios
la dulce miel que desprende tu mirada
gozando de algún consejo de sabios
en una serena y despejada alboreada.
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Manuel Suárez Madrigal
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