Recuerdos que no caducan
de un caballeroso gitano
me siento orgulloso de su vecindad
un limpiabotas muy querido
tenía la gracia de ser muy cabal
más que ningún humano.
Su nombre Juan Heredia 'El Patelo'
veinte años sin su presencia
una eternidad de añoranza y duelo
un calvario con su ausencia
seguro que estará en el cielo
su corta vida lustrando zapatos
que zancajeaban en el suelo
pagándole unas míseras pesetas
después de amenizarles el rato
limpio y pulcro como la patena.
Limpiabotas con su rara corbata
peinado a raya y brillantina
con su abundantísimo pelo negro
él saludaba con simpatía a las vecinas
él cortésmente saludaba a cada una
siempre se metía en casa de Nina
una mujer decente y sin ataduras
la grababa con sus negras retinas.
Su léxico no era muy inteligible
era soñador como un chiquillo
se esmeraba en su humilde trabajo
los zapatos eran espejos de brillo
era un consumado malabarista
con su tosco y negrecido cepillo
sus manos y dedos hacían filigranas
sentado en su maltrecho banquillo.
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Manuel Suárez Madrigal
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