Su cordillera majestuosa andina
donde el cóndor es plena libertad
planea en la inmensidad del cielo
buscando la podredumbre carroña
de guanacos, llamas, vicuñas o alpacas
especie de camélido del endemismo
de esa prodigiosa y nevada cordillera
que se nutren en los angostos prados
de las planicies y escarpados andes.
Si la reencarnación fuese verdadera
optaría por ser esa ave prodigiosa
que extiende sus alas en el universo
para otear ese jardín que es América
y respirar los vientos del pacífico
que trae fragancias de dulce libertad
a los pueblos sufridores de injusticias
del arcaico y eterno caciquismo
desde Río Grande hasta Magallanes
con el extenso y azul lago Titicaca
con la belleza de sus agrestes picos
blanqueados por las eternas nieves
donde se nutre la verde amazonía
con su líquido y oxigenado elemento
pulmón de intenso verde de clorofila
que es nuestra salud de sana vida.
Con el misterioso y reseco Atacama
con sus figuras geométricas y rectas
un enigma que está por desentrañar
la extensible e interminable pampa
con sus fornidos y rústicos gauchos
Sudamérica es todo eso y mucho más.
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Manuel Suárez Madrigal
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