Aromas que duran en la memoria
que emanan del camino del monte
traspasando el cristalino Dauro
sus efluvios se escapan al horizonte
a fragantes pucheros y potajes
que se respiran en la Alhambra
en la esbelta torre del homenaje
desde ella se divisa nuestra Granada
un idílico y escandaloso paisaje
que bulle en las entrañas del monte
el quejido del flamenco y la zambra
que con sereno y silencio se escucha
en el Generalife, jardines y Alhambra.
El taconeo de enjuto bailador gitano
se estiliza en sus barrocos tientos
rememorando la Fuente del Avellano
que cantaores como Enrique Morente
su voz se escuchó en la torre de la vela
con el duende del genial Manuel de Falla
al piano en el Carmen de la Higueruela
dos figuras en Granada de esas tallas
lo sublimaron todos los seres humanos
pido mil perdones por mi pedantería
lo que escribo, lo he meditado mucho
no es la locura de una noche de verano
es realismo metafórico y algo de Poesía.
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Manuel Suárez Madrigal
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