En la Almería territorial
traído por fenicios o romanos
quien lo pintase da igual
es su tótem amuleto soberano.
Lo tienen en todos los lugares
hasta en el lujoso recibidor
o en el más humilde portal.
Lo adoran con vehemencia
delirante y lúdico ardor
almerienses silenciosos y ufanos
trabajan sus fértiles marjales
encalleciendo sus rudas manos.
Europa poco sabe de hortalizas
ni de desérticos y áridos secanos
hoy convertidos en fértiles tierras
para alimento de los humanos.
Maravilla la Alpujarra almeriense
entre sus pueblos el Laujar
con sus lagares de ricos caldos
de uvas la garnacha y la moscatel
en la cabecera del valle Andarax
su río de trasparentes y frías aguas
riegan un fértil y hermoso vergel.
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Manuel Suárez Madrigal
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