Lacerante tu mirada y turbadora
límpida como el cristal de Murano
en una amanecida y radiante aurora
el azul cobalto de mares cercanos
que fluyen en tus lindos párpados.
Es un universo plagado de estrellas
rutilantes en tus doradas mejillas
manantiales de fragorosa belleza
de fémina con tu formada barbilla
aglomeradora de delicada pureza
aglutinando un estilo de hermosura
en el conjunto de tu formada cabeza.
Reguero de pragmatismo y lucidez
siempre cabalgando en tu lindeza
tus formados labios son cálices
bendecidos por la lúcida naturaleza
aconsejada por la madona del espino
que es venerada por España entera
la que obró el prodigio de tu lindeza
procesionada por tu singular carrera.
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Manuel Suárez Madrigal
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