Tengo un huerto en la pradera
sembrado de árboles frutales
porque me mola toda la fruta
sobre todo el melón y la ciruela.
Todas las mañanas voy ha cogerla
acompañado de una linda mujer
con nombre muy bonito, Manuela.
Estoy construyendo una cabaña
por donde transcurre un arroyuelo
con álamos de chopos en su rivera
donde anidan las torcaces y el jilguero.
En la cercana montaña en su ladera
hay un pinar con su fruto piñonero
cerca de la cabaña brota un venero
adonde beben mi gallinas y corderos.
Con la leche sobrante hacemos queso
que se vende en el pueblo cercano
es de muy buena calidad en el peso.
Nos hace falta la corriente eléctrica
para beber y regar el huerto de frutales
de aguas claras que surten al arroyuelo.
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Manuel Suárez Madrigal
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