Tu caminar es como una ráfaga de viento
en un mañana de verde y florida primavera
te pierdo de mi vista en la fogosidad del aliento
me quedo sin respiración con el corazón roto
sin energía de mover mis lánguidas y torpes piernas
oyendo como un terremoto de un ruidoso motor
enajenado, hecho a caminar, desorientado y sin orden.
Mi mente camina en tu aura hasta al cabo de la calle
para escuchar tu respirar ardiente, titubeante y soñador
al amparo de una reconfortante lectura de unos versos
que quedaron grabados en el hipotálamo de tu cabeza
jamás podrás zafarte de esas estrofas tan románticas
el deseo es que perdurase hasta la lejanía del tiempo
en un amenizante y grato recuerdo imperecedero
escaso tiempo de dos minutos es un gozoso crucero
desde tu morada a las turquesas aguas de las Antillas
los gélidos fiordos noruegos para ver la pesca del salmón
las Cataratas del Iguazú entre tres países sudamericanos:
Argentina, Brasil y Paraguay; un bello lugar para recordar
lo importante que se me ocurre eres tú, carismática y sincera
con la frescura serena que transmite tu personal sonrisa
imanadora atrayendo quien conversa con deslumbrante figura.
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Manuel Suárez Madrigal
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