Los humanos dedicados a la destrucción
de este maravilloso y azul planeta
la contaminación que nos atenaza
el efecto invernadero tan oficiante
para los enfermos de la respiración
una tortuosa primavera que amenaza
no te deja trabajar, ni siquiera dormir
tienes que pensarlo para salir de casa.
Terrible calor calcinador veraniego
buscando la escasa sombra de la plaza
la mascarilla puesta perdiendo tu ego
culpables esta sociedad tan consumista
no somos capaces de privarnos y renegar
quemando recursos que no se renuevan
padeciendo la incertidumbre y el riego
venideras generaciones que nos relevan
que serán capaces de apagar este fuego
devorador que está asolando y nos eleva
a la catástrofe sin paliativos al degüello
de este maravilloso y habitable planeta
que lo tiene todo y es lo mar de bello.
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Manuel Suárez Madrigal
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