Enamoramiento a pesar de los años
aunque las arrugas te surquen la piel
a pesar de disgustos y desengaños
la atracción de dos seres que aman
con una profunda mirada lo dicen todo
sus muchas y tortuosas primaveras
la vida es una escalera con peldaños
que trepas con mucho dolor de corazón
cuando vas llegando al final de la escalada
surge la belleza de un apasionado amor
de una pródiga y dulce dama enamorada
sin importarle las murmuraciones de gente
sólo lo que desea es querer y ser amada.
El amor mueve océanos y pétreas montañas
no importan las fechas de un calendario
sólo se guían por el decir de una almohada
al acostarse y rezar el credo y el rosario
para seguir el dulce amor de una enamorada.
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Manuel Suárez Madrigal
Hola, mi nombre es Manuel y tengo 77 años. Este es mi blog personal de Poesías, Pinturas y Reflexiones personales. Espero que disfruten del contenido ya que ha sido elaborado con toda mi ilusión y cariño.
martes, 23 de septiembre de 2014
miércoles, 10 de septiembre de 2014
POEMA: Luna que Alumbra la Velada
Un bello querubín bajo el cielo
a esta nuestra calle bella Florida
para entusiasmar a los abuelos
se posó brillante como una estrella
yo juraría que era un dorado lucero
no nació en esas tierras de Belén
nació en nuestra hermosa Granada
en uno de sus bellos pueblos Santa Fe
cerca de la plateada Sierra Nevada.
Roberto su simpatía nos hace querer
los vecinos de esta calle lo adoramos
nos tiene cautivados por su saber
sobre las cálidas noches del verano
veinte floridos meses pudiera tener
este simpático pequeñito ser humano
con su pelo dorado color de la miel
mimado por dos encantadoras hermanas
que le brindan todo su mimo y querer
que para dormirle les cantará una nana
con su querida madre María José.
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Manuel Suárez Madrigal
a esta nuestra calle bella Florida
para entusiasmar a los abuelos
se posó brillante como una estrella
yo juraría que era un dorado lucero
no nació en esas tierras de Belén
nació en nuestra hermosa Granada
en uno de sus bellos pueblos Santa Fe
cerca de la plateada Sierra Nevada.
Roberto su simpatía nos hace querer
los vecinos de esta calle lo adoramos
nos tiene cautivados por su saber
sobre las cálidas noches del verano
veinte floridos meses pudiera tener
este simpático pequeñito ser humano
con su pelo dorado color de la miel
mimado por dos encantadoras hermanas
que le brindan todo su mimo y querer
que para dormirle les cantará una nana
con su querida madre María José.
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Manuel Suárez Madrigal
POEMA: Pétalo de un Rosal
Siento tu sonrisa como un clamor
dentro de mi desorientados oídos
oigo la dulce melodía de tu respirar
una música de sueños para vivirla
un soplo el corazón deja de palpitar
en la fronda de una escasa lejanía.
Mi platonismo me alienta a soñador
solo mi pretensión escribir la poesía
en cualquier momento podrás leerla
en tan corto espacio por la cercanía
de una dorada flor que quiero olerla
cuando despierto al despuntar el día.
En profundos sueños noto tu fragancia
desde niña una princesa de cuentos
ya mujer una gitanilla de elegancia
algún gitano rondará tus locos vientos
tú depositarás la belleza y la infancia
y te verás abocada a un desolado desierto
privada de casi todo y las desgracias.
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Manuel Suárez Madrigal
dentro de mi desorientados oídos
oigo la dulce melodía de tu respirar
una música de sueños para vivirla
un soplo el corazón deja de palpitar
en la fronda de una escasa lejanía.
Mi platonismo me alienta a soñador
solo mi pretensión escribir la poesía
en cualquier momento podrás leerla
en tan corto espacio por la cercanía
de una dorada flor que quiero olerla
cuando despierto al despuntar el día.
En profundos sueños noto tu fragancia
desde niña una princesa de cuentos
ya mujer una gitanilla de elegancia
algún gitano rondará tus locos vientos
tú depositarás la belleza y la infancia
y te verás abocada a un desolado desierto
privada de casi todo y las desgracias.
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Manuel Suárez Madrigal
POEMA: Hojas que Vuelven a Brotar
Pensé que vendrías de ver a tu amiga
me dio el reflejo de tu fragante belleza
cuando seria taciturna volviste la esquina
yo en una recoleta y sombrada plazoleta
cruzaste ante mí sin mirar a quien te miraba.
Mi corazón silencioso en un momento
se llenó de amargura y profunda tristeza
palpitaba mi corazón y hasta dio un lamento
me acarició una hoja de frondosa arboleda
sólo yo lo escuché y el azul del firmamento
con el radiante sol que reverberaba tu cara
cruzaste de vuelta obnubilando mi sentimiento
ya entrada la calórica y sofocante atardecer
un milagro de dios del que tú sientes devoción
por un paso de cebra y nos vimos otra vez
tu rostro de ignorancia y el sufrir del corazón
un día aciago zozobrante de purísimo padecer
las aguas emponzoñadas volvieron a la razón
y espero que no se estropeen jamás ninguna vez.
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Manuel Suárez Madrigal
me dio el reflejo de tu fragante belleza
cuando seria taciturna volviste la esquina
yo en una recoleta y sombrada plazoleta
cruzaste ante mí sin mirar a quien te miraba.
Mi corazón silencioso en un momento
se llenó de amargura y profunda tristeza
palpitaba mi corazón y hasta dio un lamento
me acarició una hoja de frondosa arboleda
sólo yo lo escuché y el azul del firmamento
con el radiante sol que reverberaba tu cara
cruzaste de vuelta obnubilando mi sentimiento
ya entrada la calórica y sofocante atardecer
un milagro de dios del que tú sientes devoción
por un paso de cebra y nos vimos otra vez
tu rostro de ignorancia y el sufrir del corazón
un día aciago zozobrante de purísimo padecer
las aguas emponzoñadas volvieron a la razón
y espero que no se estropeen jamás ninguna vez.
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Manuel Suárez Madrigal
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